Escuchaba ayer la Mesa Redonda. Se analizaba, entre otros temas, la Operación Peter Pan, uno de los más repugnantes actos de agresión moral llevados a cabo contra nuestro país. El tema de la patria potestad es sumamente sensible. Fue un golpe bajo y repugnante. En una de las novelas de Mijaíl Shólojov que leí años más tarde, se menciona esa calumnia que ya había sido usada contra la Revolución de Octubre de 1917.
El artífice de la operación contra Cuba fue Monseñor Walsh, un cura católico norteamericano que respondía al obispo de Miami.
Transcurría el año 1960 cuando se inició la operación. Como se conoce, nuestra Revolución no había puesto obstáculo alguno a las salidas del país. Debía ser la obra voluntaria de un pueblo libre. La respuesta imperialista, entre otras muchas agresiones graves, fue Peter Pan.
Cuando Taladrid comentaba aquel hecho, mencionó el nombre de un profesor de Economía, Ángel Fernández Varela. Recordé que cuando yo estudiaba el último curso del Bachillerato en el Colegio de Belén, un profesor seglar nos daba clases de una de las asignaturas, Economía Política. No se trataba, por supuesto, de un curso de marxismo-leninismo, que fue el tema ideológico invocado 18 años más tarde para expulsarnos de la OEA. Eran clases sencillas y bastante elementales sobre economía política burguesa. ¿Qué otra cosa éramos los alumnos blancos que allí estudiábamos? El profesor que las impartía dos o tres veces a la semana era puntual y nunca dejó de asistir a las clases.
Me sorprendió lo que escuché en la Mesa Redonda. ¿Será acaso aquel profesor?, me preguntaba. Llamé a Taladrid en busca de datos. Lo comprobé con él, pues sabía que fue profesor del Colegio de Belén. Luis Báez asegura igualmente que yo me encontré con ese profesor en algún lugar de La Habana en el año 1959 y le había criticado su actitud, pero no recordaba aquel detalle.
Walsh fue condecorado post mortem hace unos días por su “proeza” con la Operación Peter Pan. Había declarado hace años que recibió llamadas telefónicas para el inicio de la operación y coordinó con la CIA.
A fines de mayo, Álvaro F. Fernández, hijo de Fernández Varela, contó en la revista digital Progreso Semanal que “…unos años antes de su muerte en Miami, mi padre nos reunió en presencia de mi madre, mi hermana María, su esposo y yo, nos dijo que él había sido una de las personas responsables de redactar la falsa Ley que provocó la histeria de la ‘eliminación de la patria potestad’. Por eso es que sé, sin la sombra de una duda, que la Operación Pedro Pan fue una siniestra jugada de inmoralidad diseñada y soñada por la CIA antes de la invasión de Bahía de Cochinos…”
Un agente de la CIA trasladó el falso proyecto de Ley a La Habana desde Miami. El propio Ángel Fernández Varela contó a la revista Contrapunto que él había trabajado para la CIA entre 1959 y 1968.
Cada uno de los 14 mil niños involucrados en el drama siguieron su traumático camino. Procedían fundamentalmente de las capas medias de la población. No eran hijos de terratenientes ni de grandes burgueses, no había por qué arrastrarlos a ese drama. En aquel entonces existía una embajada yanki, que otorgaba los permisos para entrar en Estados Unidos. Los correspondientes a los niños de Peter Pan, los enviaban en paquetes que después se llenaban en Cuba con los nombres de los pequeños. Ninguno de los niños necesitaba ser salvado. A lo largo de muchos años la Revolución ha facilitado la salida a alrededor de un millón de personas que en su mayoría se dirigieron a Estados Unidos, el país más rico, que estimula el robo de cerebros y el despojo de personas instruidas y fuerza de trabajo calificada.
Estados Unidos no estaría en condiciones de hacer eso con ningún otro país de América Latina. ¿A quién podía favorecer la diabólica operación clandestina?
La profesora asociada de Ciencias Políticas de la Universidad DePaul, en Chicago, María de los Ángeles Torres, quien fue Peter Pan, aunque no es revolucionaria demandó a la CIA para que desclasificara cerca de 1 500 documentos sobre la Operación Peter Pan. La CIA se niega a desclasificarlos con el pretexto de la seguridad nacional. Huele tan mal el asunto que no quieren destaparlo.
A pesar de esa negativa, la profesora Torres pidió y logró que la Biblioteca Presidencial Lyndon B. Johnson, le diera acceso a un documento del gobierno de Estados Unidos que rechazaba una propuesta del Alto Comisionado de la ONU para Refugiados consistente en que la ONU pagaría la transportación de los padres de los niños que habían sido enviados a Estados Unidos. Ese material se publicó en la prensa de ese país hace más de 15 años.
Peter Pan fue una maniobra de publicidad cínica que habría sido envidiada por el propio Goebbels, el ministro de propaganda nazi.
Fidel Castro Ruz
Junio 11 de 2009
4 y 40 p.m.
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